Todo comenzó cuando, con mis casi 30 años, se me ocurre pedir a mi padre, un “joven” de 53 que me comprase una calabaza para “Haloween”, literalmente Víspera de Todos los Santos.
Me hacia ilusión, era la primera vez que iba a vaciar una calabaza y ponerla cara; sí, parece mentira, con ciertos años y pensando en hacer cosas para niños (por eso será que estamos aquí, jejeje)
Bueno a lo que íbamos
Mi padre no reacciono como muchas otras personas lo hicieron al contarles lo que iba a hacer, en vez de alterarse como ellos y decir: como se te ocurre, eso es una americanada que vaya bobada, que si los “yanquis” nos están comiendo la cabeza...; la verdad, le resulto tremendamente gracioso y con una mirada entre divertida y un poquito melancólica empezó a recordar su niñez:
“ Cuando era un mocoso y vivíamos en el pueblo al acercarse la Noche de Todos los Santos, los niños apañábamos unas remolachas de las que se daban entonces al ganado para comer. Con ellas hacíamos lo que ahora con las calabazas, las vaciábamos y las poníamos ojos y boca.
Cuando llegaba la Noche en sí, salíamos con una sabana tapados como si fuéramos los fantasmas de los difuntos. Portábamos nuestra remolacha iluminada, o no y corríamos por todo el pueblo asustándonos. Cuando ya nos cansábamos de las carreras, con la mezcla de ingenuidad y curiosidad típica de la niñez, nos reuníamos todos a las puertas del cementerio; queríamos ver con nuestros propios ojos a esos señores muertos del ultimo año que nuestros padres nos contaban; esos que en esta Noche de los Santos se despertaban y daban una vuelta por el pueblo antes de que su alma desapareciera para ir al cielo o al infierno”
Llegado el día de fabricar el candil de calabaza cual fue mi sorpresa que al buscar en Internet posibles plantillas para hacerla la cara me encontré con esta pequeña reseña:
“La costumbre de usar linternas de Halloweeen procede de la tradición irlandesa de tallar nabos y remolachas para usarlos como lámparas. En Halloween, estas luces representaban las almas de los muertos o los duendes liberados de la muerte. Cuando los irlandeses emigraron a Estados Unidos, se encontraron con que los nabos eran escasos, pero las calabazas abundaban. Y desde entonces, éstas han formado parte de las celebraciones de Halloween. Tallar una lámpara de Halloween puede ser tan sencillo o complicado como se desee; todo depende del diseño que se elija.”
Así que con esto creo que queda dicho todo. La tradición mas remota de La Noche de Todos los Santos” no procede de América sino de Europa.
Os adjunto este enlace que merece la pena visitar
http://www.rincondelvago.com/informacion/halloween/historia_de_halloween.html
Aquí, en vez de colgar un artículo, nos ha parecido más interesante hablar de la experiencia de uno de los componentes de ‘Runas Blancas’ y que enlaza directamente con el módulo.
También podemos señalar que precisamente la Víspera de Todos los Santos llevamos a cabo en el aula un taller de confección de calabazas decoradas.
